martes, 21 de octubre de 2008

...y otro: D. Joaquìn Caro Romero

Dedicado a todos los que creen en ELLA, especialmente para Arturo Candau y Diego Benjumea. (Pregòn del 2000):

No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con el manto granate,
el de malla o el de hebrea,
el negro o el de tisú,
el blanco, el verde botella
o el que en terciopelo verde
bordara Esperanza Elena
para aquel glorioso mayo
de coronación y fiesta.
No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con saya de volantes
o saya azul de princesa,
o saya de eucaristía,
o saya como bandera
hecha con tela de novia
y taleguilla torera.
Con medallas y rosarios
el cristal y el mármol sueñan
con latines en el coro,
incensarios y navetas.
El alfiler y el espejo
y el peine con que se peina
se están preguntando siempre
cómo está más guapa Ella:
si en el camarín mirando
al que la mira y le reza,
o entre la jardinería
de su paso en primavera,
o bajando a recibirnos
en el besamanos puesta.
No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena,
si un sábado por la tarde
o un domingo de cuaresma,
si en la Madrugada grande
por la calle Anchalaferia
con fajín de general
aunque no estuvo en la guerra,
o cuando suena la Salve
en la Basílica llena.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
con qué está más guapa Ella.
Y nadie sabe decirlo,
ni aproximarse siquiera
al concepto, a la medida,
al gusto y al teorema,
que todo lo que se pone
lleva su hermosura impresa.
Y vuelve loca a Sevilla
y con Sevilla, al planeta,
que la locura a su lado
es locura sin fronteras
y sabe que a la Esperanza
no hay nadie que no la quiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
y soñando con la Reina
Madre de los macarenos
un sueño de madreperla,
un sueño de guardabrisa,
de entrevarales y cera;
un sueño de amor y gloria,
un sueño de cielo y tierra,
un sueño de Madrugada
cogido a la manigueta,
un sueño de avemaría
dentro de la parihuela.
Sé que si la sueño yo
es porque todos la sueñan,
como la soñó José
camino de Talavera,
como Muñoz y Pabón,
como Rodríguez Ojeda
o Inmaculada Rodríguez,
que le puso en la cabeza
todo el oro de los ángeles
que Sor Ángela fundiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda,
que alumbró hace dos mil años
al Señor de la Sentencia
y parece que fue ayer
el parto de la azucena.
Y ya en el año 2000,
con dos mil locuras nuevas,
que la lengua no se cansa
de pregonar su belleza,
sigo diciendo lo mismo,
lo que otros antes dijeran
y lo que dirán también
los que mañana la vean:
¡No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena!

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Juan yo soy de los que creo en ELLA y tu lo sabes, pero me parece que hay que animar a la gente a que se deje de pregones y de literatura y que se dedique a refrescarnos la memoria con anecdotas del colegio para luego comentar entre copa y copa, como aquella memorable en la que D. Jose Leandro Herraiz (se llamaba así, no?), llegaba rezando desde la mitad del pasillo que llevaba a la clase de 6º E (creo que era 6ºE la que estaba en un edificio aparte, no?) y para que nos callasemos dio un golpe con la rodilla en la puerta de entrada, sin darse cuenta de que no había cristal y se le coló la pierna (llevaba las famosas botas de agua con los pantalones por dentro) por la puerta, dandose en la cara con el cristal de arriba de la puerta, con el consiguiente descojono de toda la clase. Os ocordais alguno? Confirmadme que no es sólo leyenda, porque yo lo viví en directo y como mínimo recuerdo que Beltrán Alarcón estaba en mi clase.
Blanco animate que tu memoria para estas cosas es la leche.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Fernando, yo recuerdo lo mismo pero ahora que comentas la clase de la que se trataba, no me cuadra por que yo recuerdo haber vivido aquello y yo estuve en 6ºC.
Pueden haber pasado dos cosas, una que me lo hayan contado y con los años ya hasta me creo que yo estuve allí y otra que D.José Leandro repitiera la maniobra en ambas clases.
Pero pa mí que yo he visto eso.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo también estaba!!!!!!!! Jajajajajaja! Buenísimo aquello...
Y también recuerdo que al sentarse siempre empujaba un poco la mesa y un día a alguien se le ocurrió ponerla al filo de la tarima antes de que entrara en clase. Tras su ritual, pasó lo que tenía que pasar... Talegada.
toc toc toc ....
- sss te salve María...tiene que salir de clase... na eres de gracia el Señor... tiene que salir de clase.... tigo bendita tú eres entre... lo damos por que no... das las mujeres... Martín Sánchez tiene que salir de clase .......
- ¡pero si yo no he hecho ná, Don Herráiiiiii!
- ... y bendito es el fruto... lo damos por que no...
Inolvidable

Moisés :-)

Juan Moreno dijo...

JAJAJAJAJA, Grande Moi, Grande el Herraiz pero mamonas, hay un post que se llama ANECDOTARIO para todo esto.
La culpa la tiene el "empanao" Machuca, no?
Sr. Machuca, a ver si le va a quitar usted el puesto al Sr. Caballos.
PD: A mi me pasa lo que al Charlie,yo creo haber vivido eso, yo estaba en 6ºA y en una de las que se montaban en el cambio de clase, Nicolàs Pèrez Romero se cargò el cristal de la puerta y para mi que el Sr. Herràiz hizo el gesto de golpear rezando y nos partimos de risa. Y llevaba el disfraz de Postman fijo.
Tambièn me acuerdo de Luque Japòn gritando por la Ventana: "Viva la Revoluciòn" y el Huelin que pasaba por el patio tardò 0,2 en subir a "arreglar el Motìn".

Salva Gonzalez dijo...

Fernando tiene razon. Yo estaba en 6ºE, que estaba en el pabellon donde el hemisferio del padre Alcalá, y recuerdo perfectamente la anécdota. También recuerdo la anecdota de la mesa que dice Charlie, aunque esta no se si fue en 6ºE o me la han contado.
Ademas en 6º, creo que Fernando Blanco estaba en la E con nosotros.
Vale Juan escribiremos en el anecdotario, pero esta habia que continuarla aqui.
Un saludo a todos.

Juan Moreno dijo...

Ustedes tienen potestad para escribir donde les salga de las bolsas escrotales, aquì todo està bien dicho y puesto, yo lo que querìa era ayudar a Machuca que luego me dice que ha escrito pero no sabe dònde sale, querido Salvatore.
Y era Hemiciclo, hermano, hemisferio es otra cosa.
Continuemos con las anècdotas aquì mismo si ustedes lo creen.
Màs per favoreeeeee!!!!!

Víctor González dijo...

Espectacular el relato de Fernando Blanco, me ha hecho recordarlo como si fuera ayer.
De la misma clase y mismo profesor recuerdo aquellos momentos en que como estábamos en otro ala del edificio, pasaban por nuestra puerta diariamente otros cursos que volvían del recreo (con todo el jaleo que eso supone) mientras nosotros estábamos en clase.
Hasta que un día al Sr. Herráiz se le inflaron las bolsas escrotales (permítame el plagio Sr. Moreno) y nos sacó a todos al pasillo para recibir a estos compañeros haciendo todo el ruido que fuéramos capaces.
Todo un personaje el Sr. Herráiz.

Fernando Blanco dijo...

Es cierto, pero no era el ruido que quisieramos, El Herraiz, nos dijo que aplaudieramos a modo de ovación de gala pero, a lo ordinario. Nos situó formando dos filas paralelas, para que los que bajaban al recreo lo hicieran por el medio...Fue descojonante. Claroestá al final acabó todo el mundo haceiendo el animal...como dice Victor...qué arte!

VIVA EL COLEGIO!

Fernando Blanco dijo...

Hemos hecho algunos cambios en el texto, de ahí que aparezca aquí, y halla desaparecido de arriba. No es que Victor sea adivino.

Ya que se hemos empezado con El Herraiz, sigamos. En primer lugar aportar que en mi memoria, y yo estuve en 6ºE, no se encuentra ese acontecimiento de la puerta, allí no ocurrió.

Pero si ocurrió un día lo siguiente:

¿Os acordáis de cierto profesor que ejercía el esplendido arte de la búsqueda con el dedo índice de grandes pedruscos y piedras preciosas de su nariz, dejando continuas muestras de sus tesoros pegaditos por donde podía?...

Pues un día dicha criatura dejó un diamante monumental pegado en la estructura de hierro de su mesa, pero una cosa bestial, quizás el moco más asqueroso y grande que jamás vi pegado en una mesa. Pues bien, algunos nos dimos cuenta y tras la clase de éste llegaba D. Leandro Herraiz. Bueno pues, yo recuerdo como unos cuantos nos fuimos a esperarlo antes de que entrara en clase, ya que como comenzara con su retahíla era imposible decirle nada, pero nada de nada, sin que pudiera echarte de clase, la retahíla era al más puro estilo obsesivo siempre la misma; tres golpes en el cristal de la puerta, rezos, sentarse, abrir carpeta negra de cuero con cremallera, cambiarse de gafas (las de lejos por las de cerca), sacar de la carpeta la lista de la clase y el Peter and Molly, rojo (que era el de sexto), abrirlo por la lesión correspondiente, ponerlo una vez abierto poca abajo apoyado en la carpeta negra de cuero y tras coger de nuevo la lista llamar al primero a la pizarra.

Bueno pues como decía, nos fuimos a esperarlo al famoso pasillo de 6ºE, y le dijimos que D. Pedro había dejado un regalito en su mesa. La cara de este hombre era un poema, su recortado bigote de los años 50, casi se le cae del asco que le dio. Ese día entró como un relámpago en la clase sin realizar ninguno de sus rituales, cosa increíble, y se puso a intentar quitarlo con la planta del pie arrastrándolo, imagínense la escena, era un cachondeo brutal. No podía porque estaba pegado como to sus muertos. Estuvo a punto de suspender la clase. Yo estaba descojonado con las cosas que se le ocurrían y decía este hombre, que aunque rígido , tenía tela de arte. Al final, consiguió arrancarlo y dijo..."esperemos que no haya echado raíces"...

VIVA EL COLEGIO!

Anónimo dijo...

Esto que cuenta Fernando Blanco fue de arte, además lo ha descrito tal y como pasó. Respecto a la anécdota de Fernando Machuca no recuerdo que ocurriera en 6º E.

Juan Moreno dijo...

Sr. Carneado, si Dios quiere le verè mañana en La Pradera de Nerviòn. A ver si se prodiga màs usted por este blog. Ha visto usted la fotito de la Despedida de COU?

Anónimo dijo...

Sr. Blanco Ortega
Veo que se le ha subido un poco la cabeza lo de su buena memoria, pero permitame decirle, que el hecho de que no conste en su memoria (quizá no sea capaz de encontrar la via para llegar hasta ese recuerdo, tal vez por algún complejo de la infancia de esos que le enseñeba su maestro D. Antonio S.B.; en fin seguiremos via e-mail esta bonita discusión para no cansar al personal) no implica necesariamente que no hubiese ocurrido, como lo confirman otras voces autorizadas (Salva Gonzalez o el gran Moises).

De cualquier forma voy a volver a darte otra oportunidad:
Tampoco consta en tu memoria lo siguiente?:
El mencionado Sr. Herraiz iniciaba su ejercicio de deletreo en ingles y tras ir deletreando diferentes palabras, el primero que supiera que palabra acababa de deletrear la decía en voz alta. En una de estas y tras deletrear alguna palabra muy normalita tipo t-a-b-l-e; h-o-u-s-e, etc.saltó el gran Beltrán Alarcón de la Lastra y Mendaro (os acordais del león que tenía) levanto la mano y cuando el Herraiz le preguntó, dijo: "CAMELLO".

Con dos cojones.

Fernando Blanco dijo...

Eso sí mirma, eso sí que ocurrió en 6ºE, lo otro te aseguro que no, ya se puede poner El Moi y tú en Cruz...

Complejos ni comlejos, un día te contaré lo que decía en privado S.B, de los complejos...

VIVA EL COLEGIO!

Salva Gonzalez dijo...

Sr. Blanco creo que yo tambien me pondre en cruz con Moi y con tu tocayo. Tambien cabe la posibilidad de que no te falle la memoria y ese dia no fueses a clase.
Saludos.

Anónimo dijo...

Desde luego las clases del Herráiz dan para escribir un libro. Seguro que el P. Alcalá también. Yo recuerdo una vez que nos echó del Cine-Club por la que se montó después de uno de sus famosos cortes. Aquella vez fue con "El Nombre de la Rosa". Todos los que ya habían visto la película estaban pendientes de una escena en la que el monje joven se acuesta con la muchacha. Al llegar al momento clave... ZAS... salto en la película y escándalo general (gritos, abucheos...). Resultado: mosqueo del P. Alcalá y todos a la calle. El siguiente día de clase planteó el problema que había en el Cine-Club, una especie de rebelión o algo así, y yo no sé qué "película" se montó con los 'inductores' y los 'inducidos'... en fin, creo recordar que aquello de echarnos a la calle se repitió más veces, aunque no recuerdo en qué otra/s película/s fue.

Por otro lado hay que reconocer que lo del Cine-Club estaba bien. Era una gran idea y seguro que llevó a muchos a aficionarse al cine. Algunos, como el hermano de Victorino, incluso se dedican a ello profesionalmente.

También me acuerdo de las películas que nos ponía el Hermano Beltrán en la "clase de Constitución" (no recuerdo el título de la asignatura). Una fue "Gandhi", que dentro de lo que cabe, no está mal, pero otra fue "El precio del poder", de Al Pacino. Aún me acuerdo de esos días cada vez que la veo en algún sitio (video-club o tienda). Todavía me pregunto qué se supone que debíamos aprender con esa película en aquella clase.

Anónimo dijo...

Me sorprende lo poco que ha salido D. José Alba entre las anécdotas. Era otro gran personaje. Con lo de la Campaña de Navidad desde luego conseguía concienciarnos bien en la solidaridad con los que menos tienen. Todavía hoy me he encontrado alguna vez a alumnos de Portaceli en algún hipermercado pidiendo comida para la Campaña de Navidad. Acordándome de D. José y sus "campos elétricos" (como en la chirigota que hicisteis algunos de vosotros en COU, imitándolo), he procurardo echarles algún turrón, algo de chocolate o de café, que me parece que era lo que más se cotizaba.

Una vez nos contó que había unos niños que apenas podían comer un quesito (tipo el Caserío) en todo un día. Con ingeniudad, el mensaje que a mí me llegó fue que un quesito debía tener muchísimo alimento si era capaz de alimentar a una persona por todo un día. Y así se me quedó tan grabado que todavía hoy, cuando no tengo más que unos minutos para comer, me acuerdo de D. José Alba y cojo un par de quesitos de la nevera, como si fueran las vitaminas de Superratón.

Pero bueno, con el tiempo, estoy seguro de que su mensaje de compromiso y solidaridad nos ha marcado a todos, en mayor o menor medida. Donde quiera que esté, puede estar seguro de ello. ¡Gracias, D. José, va por usted!

Fernando Blanco dijo...

Salva, que no miarma, que yo no faltaba a clase ni por asomo. la anécdota del cristal ocurrió en
6ºA. Ayer hablando con Juan Moreno me confirmó que fue en su clase, y que incluso él tuvo que ver con el cristal de la puerta que se rompió.

Así que entre los tres en Cruz podeis formar el misterio de la Carretería...¿qué no?


VIVA EL COLEGIO!

Juan Moreno dijo...

Creo recordar que fue, accidentalmente, Nicolàs Pèrez Romero el que se cargò el cristal he incluso se hizo algo en la mano y eso fue en 7ºA.

Anónimo dijo...

Tu tambien me pones en duda HUANMORENO?

Gracias Salva y Moi por enfrentaros a estos caciques de Blanco y Moreno.

Fernando

Anónimo dijo...

Bueno, ya tenemos polémica con la famosa anécdota del "cristal del Herráiz" (por favor no la llevéis puesta el 8-N). Yo quiero aportar otra, que se me quedó muy grabada. Y fue que, entrando en clase (6º D) con el Ave María y todo eso, me parece que Miguel Ángel Bonilla no le hizo ni p.. caso, y sin acabar de rezar, y no sé muy bien por qué, cogió su libro y... ¡¡lo tiró por la ventana!!. Todavía me descojono de recordarlo, aunque en cierto modo hubo indignación general. Y otro que recibía todos los días era Belzunegui. Más de una vez se quedó sólo en el pasillo. Don José Leandro era genial.

Anónimo dijo...

Y otra más, que ahora salen todas. Seguro que alguno os acordarés cuando, al sacar a alguno a la pizarra, aportaba su "puntito" especial como: "A vé, que salga el plato típico..." (un abrazo Salva); o "¿y San Urpiano qué hasía?, ¿vendé rosquillas en la Gran Plaza?" (un abrazo Javi); y el más común de "... otro de la hermandá de La Bofetá". Lo dicho, gracias Don José Leandro. allí dónde esté, porque cada vez que le recuerdo me lo paso muy bien. Por cierto Juan, este Blog es una maravilla.

Juan Moreno dijo...

Sr. Machuca, Cacique no.
El Sr. Blanco es de Jhonnie Walker & Seven Up.
El Sr. Moreno es de Barcelò&Cola Light.
Vaya tomando usted wena nota para el sàbado.
Un abrazo.

Juan Moreno dijo...

Me acuerdo de una, otra del Sr. Herràiz, que nombraba para un texto y al nombrar a Martìnez Caro, èste tenìa los dos botones primeros de los pantalones desabrochados porque no esperaba que le tocara. Se puso en pie para abrocharse y se oye el tìpico:
"Lo damos porque no".