Muchos los hemos sufrido como rivales, muchos los tenemos como amigos de toda la vida, eran como nosotros y màs aùn viendo esas caritas y cuerpecitos desde 5º de EGB. Sòlo cuando pisaban la Pista se convertìan en Grandes Gladiadores capaces de derrotar al màs osado rival que pudiera venir desde la Galia, Constantinopla e incluso de Tierras Africanas.
Para ellos no habìa otra cosa que la vida en el pase al compañero.
Dignos Gladiadores que pudieran ser de la Gran Itàlica o de la misma Calle Anchalaferia o de la Calzà, pero no, ellos eran Gladiadores de la Puerta del Cielo, en sus corazas grababan a fuego el Inmaculado Corazòn de Marìa.
Nunca nadie pudo llegar a las altas cimas de la Batalla Futbolìstica de ese Grupo. Todos los que se enfrentaban sabìan de la capacidad y la lucha de ellos, todos olìan la eliminaciòn o la derrota en el Campeonato.
Ahora, entre cerveza y cerveza, de vez en cuando, se escuchan leyendas y crònicas de cualquiera de sus victorias al igual que cuentan, contamos, muy a menudo Historias de Portaceli. Somos muchos y seguimos vivos aunque màs de uno tengamos en nuestra mente una frase:
"Ave TETRA, morituri te salutam!!!!!"