Uno de los dìas grandes que incluso se vivìan en la Academia de Santo Tomàs era el 15 de Agosto. Ya sabeis la Leyenda. Estaba el Rey San Fernando en su Tienda de Campaña una noche durante el cerco de Sevilla y decidiò rezarle a la Virgen, mediada su oraciòn se adormilò y tuvo una visiòn de la Virgen y su niño en brazos que le decìa: "Fernando, por tu gran Piedad yo te prometo que Conquistaràs Sevilla". Tras comentarle a su capellàn, el Obispo Don Remondo lo sucedido, pasado un tiempo se cumpliò el celestial aviso y San Fernando entrò victorioso en la Ciudad.
Aposentado en el Alcazar, pasaba el Santo Rey muchas horas en oraciòn acordàndose mucho de esa imagen que habìa soñado. Encargò a muchos artistas escultores de Castilla que hicieran una talla de dicha Virgen pero ninguno acertaba con lo soñado por el Rey.
Cierto dìa llegaron 3 jòvenes artistas vestidos con ropas como las que solìan vestir los peregrinos de Alemania que solìan hacer el camino de Santiago. Se presentaron ante el Rey para estudiar las tècnicas de los artistas de la zona, a cambio le ofrecerìan una imagen para alguna de sus capillas. Los artistas sòlo pidieron que los dejaran en un cuarto estanco, sin tener relaciòn con nadie hasta que terminaran su trabajo.
Al cabo de varias horas una criada vio por la cerradura que los extranjeros no estaban trabajando, estaban rezando arrodillados y cantando plegarias. La criada llamò al Rey que al entrar en la habitaciòn viò la escultura que habìa soñado resplandeciendo sin nadie alrededor. Los extranjeros habìan desaparecido.
San Fernando, en su Testamento dejò escrito que su cuerpo estuviera siempre a los pies de su Virgen.